La fertilidad humana depende de una interacción compleja entre factores hormonales, anatómicos, genéticos, ambientales y de estilo de vida. En las últimas décadas, el retraso en la edad de concepción y el aumento de las consultas por infertilidad han puesto de manifiesto la importancia de identificar los elementos que pueden comprometer la capacidad reproductiva tanto en mujeres como en varones.
Definición de infertilidad
La infertilidad se define como la imposibilidad de lograr un embarazo clínico tras 12 meses de relaciones sexuales regulares sin anticoncepción. En mujeres mayores de 35 años, este período se reduce a 6 meses debido a la disminución natural de la fertilidad con la edad.
Principales factores que afectan la fertilidad
1. Edad
Es uno de los factores más determinantes, especialmente en la mujer. A partir de los 35 años, se observa una disminución significativa tanto en la cantidad como en la calidad ovocitaria, lo que se traduce en menores tasas de fecundación, implantación y mayor riesgo de aborto.
En el varón, aunque el impacto de la edad es más gradual, también se ha evidenciado una reducción en la calidad espermática y un aumento del riesgo de alteraciones genéticas en el ADN espermático con la edad avanzada.
2. Alteraciones hormonales
Desbalances en el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal pueden alterar la ovulación y la espermatogénesis. Ejemplos frecuentes incluyen:
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Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
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Hiperprolactinemia
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Insuficiencia ovárica prematura
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Hipotiroidismo
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Hipogonadismo hipogonadotrópico en el varón
3. Factores anatómicos
Las alteraciones estructurales en el aparato reproductor femenino o masculino pueden interferir con la fertilidad:
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Obstrucción tubárica (secundaria a infecciones pélvicas, endometriosis o cirugías)
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Miomas uterinos submucosos
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Sinequias uterinas (síndrome de Asherman)
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Varicocele en varones
4. Factores genéticos
Anomalías cromosómicas como el síndrome de Turner, Klinefelter, translocaciones balanceadas, o microdeleciones en el cromosoma Y pueden afectar la producción de gametos o la viabilidad embrionaria.
5. Estilo de vida y factores ambientales
Estos factores son modificables y tienen un impacto directo sobre la función reproductiva:
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Tabaquismo: reduce la reserva ovárica y afecta la calidad espermática.
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Consumo excesivo de alcohol y drogas recreativas
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Obesidad o bajo peso extremo: alteran la ovulación y los niveles hormonales.
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Estrés crónico: puede inhibir la función del eje hormonal reproductivo.
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Exposición a disruptores endocrinos (plásticos, pesticidas, solventes industriales).
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Trabajo nocturno o exposición a temperaturas elevadas (relevante en la espermatogénesis).
6. Infecciones y enfermedades de transmisión sexual (ETS)
Infecciones como clamidia o gonorrea pueden causar daño irreversible en las trompas de Falopio, o producir epididimitis e infertilidad en varones.
7. Condiciones médicas generales
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Diabetes mellitus
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Trastornos autoinmunes (ej. lupus)
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Enfermedades oncológicas y sus tratamientos
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Enfermedades hepáticas o renales crónicas
Evaluación clínica y abordaje
Ante una pareja con dificultad para concebir, es esencial una evaluación integral que incluya:
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Historia clínica detallada
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Exploración física
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Estudios hormonales
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Seminograma en el varón
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Ecografía ginecológica y estudios complementarios (histerosalpingografía, pruebas genéticas, etc.)
El abordaje debe ser multidisciplinario, adaptado a cada caso, y enfocado no solo en tratar sino también en prevenir los factores de riesgo modificables.
Conclusión
La fertilidad está influida por múltiples variables. Identificar y actuar sobre los factores que pueden comprometerla es fundamental para preservar el potencial reproductivo. La evaluación oportuna, junto a un enfoque médico personalizado, permite maximizar las probabilidades de lograr un embarazo saludable.