La OMS define la obesidad como una acumulación excesiva de grasa en el organismo. Un individuo es obeso cuando su índice de masa corporal está por encima de 30, y tiene sobrepeso si esta por encima de 25.
La obesidad no solo es un grave problema para la salud, también afecta negativamente a nuestra fertilidad y por tanto, disminuye las posibilidades de lograr un embarazo, tanto de forma natural como a través de la reproducción asistida. Es una de las causas de infertilidad primaria y afecta por igual tanto a mujeres como a hombres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una acumulación excesiva de grasa en el organismo. Un individuo será obeso cuando su índice de masa corporal (IMC) sea igual o mayor que 30 kg/m2 teniendo una repercusión negativa sobre su salu
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una acumulación excesiva de grasa en el organismo. Un individuo será obeso cuando su índice de masa corporal (IMC) sea igual o mayor que 30 kg/m2 teniendo una repercusión negativa sobre su salud.
En las mujeres induce alteraciones hormonales determinantes para el buen funcionamiento de los ovarios. Mientras que en los hombres la obesidad hace que tengan menos cantidad de espermatozoides y que estos tengan menos movilidad.
Las mujeres obesas suelen tener altos niveles de estrógenos que ocasionan un mayor riesgo de aborto, menor probabilidad de éxito en los tratamientos de reproducción asistida, síndrome de ovarios poliquísticos y desorden de los niveles hormonales.
El exceso de peso corporal en el hombre puede provocar una reducción del recuento espermático o disminuir la actividad espermática. De hecho, el exceso de peso puede reducir el recuento y concentración de espermatozoides en una muestra de semen en aproximadamente un 21,6%, y en caso de obesidad morbida hasta un 23,9%.
La obesidad también afecta negativamente a los tratamientos de reproducción asistida La hiperestimulación ovárica que se debe realizar para la obtención de óvulos está directamente relacionado con el peso de la mujer, por lo que en casos con obesidad mórbida la dosis de hormonas que se debe administrar aumenta significativamente y, con ello, también los posibles efectos adversos, como el síndrome de hiperestimulación ovárica.
Por desgracia el problema no acaba cuando la pareja ha conseguido la gestación porque en estas parejas también está aumentado el riesgo de aborto, malformaciones fetales, complicaciones maternas como la diabetes gestacional o la preeclampsia (un tipo de hipertensión arterial provocada por el embarazo), e incluso de enfermedades en la adolescencia y vida adulta del niño nacido.
Es por ello que los ginecólogos aconsejan un plan de reducción de peso y modificar los malos hábitos nutricionales que se puedan tener. Es importante consultar con un especialista en nutrición y realizar ejercicio bajo la supervisión de un preparador físico, ya que está comprobado que el ejercicio moderado tanto en el varón como en la mujer mejora los resultados en tratamientos de Reproducción Asistida.
La pérdida de tan solo un 5% del exceso de peso corporal puede ser suficiente para ayudar a mejorar la fertilidad. Según estudios realizados en este sentido, una mujer obesa (IMC mayor de 30) que quiere someterse a un procedimiento de reproducción asistida debería reducir su IMC a niveles considerados como saludables.
Para ello en los centros de reproducción contamos con especialistas en nutrición enfocados a resolver los problemas derivados de los posibles disbalances hormonales en estas pacientes y conseguir llegar a un peso saludable guiados por especialistas que les orienten sobre los habitos de vida que han de mejorar.