Llevo 15 años casada y 14 años intentado tener un bebé. Estuve en la Seguridad Social, me hicieron un estudio de esterilidad, y a mi marido también y todo perfecto. Nos diagnosticaron infertilidad por causa desconocida. Me hicieron 6 IA, en la 5ª me quede embarazada, pero a las 6 semanas, tuve un aborto espontáneo. A continuación me hicieron 3 FIV, y ninguna me dio positivo, y me echaron de allí, la Seguridad Social ya no te cubre más tratamientos. Nos fuimos a una clínica Madrid, aquí me hicieron otra FIV, y volvió a salir negativo, y me recomendaron pasar a ovodonación me hicieron 4 ovodonaciones, en la 1ª me quede embarazada, pero a las 8 semanas, el embrión dejó de latir, me tuvieron que hacer un legrado.
Entonces decidimos cambiar de clínica y nos fuimos al IMI en Toledo. Aquí me hicieron un tratamiento de ovodonación y el resultado fue negativo y entonces la doctora nos aconsejó hacer un tratamiento con donación de los dos gametos del cual me he quedado EMBARAZADA.
Mi caso no es típico, pero hay miles de mujeres como yo, que cada día se preguntan por qué no pueden quedar embarazadas, mientras que quienes no desean concebir, caen encintas al primer descuido. No es justo, pero es una realidad con la que debemos aprender a vivir. Duele escuchar que hay quienes traen bebés a este mundo sin desearlos, que los abandonan, que los maltratan, que nos los quieren. Quienes ansiamos un bebé y no logramos concebirlo, sufrimos cada vez que nos damos cuenta de las ironías de la vida.
Sufrimos cuando nos preguntan ¿Y cuándo vas a tener un bebé? y nos limitamos a contestar No todavía, porque no deseamos admitir que lo estamos intentando infructuosamente. Sufrimos cuando nuestra pareja nos mira con ojos esperanzados y le decimos que la prueba de embarazo fue negativa. O que nos llegó la regla.
Es un dolor silencioso, del cual cuesta hablar. Algo no me funciona y siento que fallo como mujer. Sin embargo, es bueno contarle a quienes nos desean sólo cosas buenas y nos pueden brindar un apoyo que no tiene precio en los momentos más difíciles. En mi caso, aparte de mi esposo el cual aunque yo egoístamente no me daba cuenta, él lo ha pasado también muy mal y ha estado ahí, soportando mi mal humor, apoyándome en todo y dándome mucho cariño. He contado con mi hermana que siempre ha sido capaz de subirme el ánimo.
Para terminar, lo que sí os quiero decir, que en mi caso, después de 15 años el pasado 2 de febrero he tenido una niña preciosa, que me llena de felicidad y de alegría cada vez que la miro, pero desgraciadamente todas las historias no tienen el mismo final y cuando te metes en este mundo de la infertilidad hay que ser consciente de que no siempre se consigue, el 100% de posibilidades no existe y hay muchos casos que no lo consiguen. Ánimo a todas y espero que mi historia os sirva para daros esperanza.