La diabetes no solo afecta a la glucosa en sangre; también puede influir significativamente en la salud reproductiva tanto en hombres como en mujeres. Aunque este aspecto suele pasar desapercibido, comprender la relación entre el control glucémico y la fertilidad es clave para quienes buscan concebir o mantener una salud hormonal equilibrada.
Cómo afecta la diabetes a la fertilidad femenina
En las mujeres, los niveles elevados y constantes de glucosa pueden afectar a la ovulación. Esto puede traducirse en ciclos menstruales irregulares o anovulatorios, dificultando la concepción. Además, la resistencia a la insulina —frecuente tanto en la diabetes tipo 2 como en el síndrome de ovario poliquístico (SOP)— contribuye a agravar los problemas de fertilidad.
Por otra parte, un mal control glucémico aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo como aumento de riesgo de preeclampsia (Presión arterial elevada durante el embarazo), parto prematuro, bebé de gran peso al nacer (lo que puede complicar el parto), mayor riesgo de sufrir Diabetes tipo 2 en la mujer tras el embarazo, mayor riesgo de obesidad y de desarrollar diabetes tipo 2 en la descendencia… Por ello, alcanzar una glucemia estable antes de intentar concebir es fundamental para proteger tanto la salud materna como la del futuro bebé.
Impacto en la fertilidad masculina
La diabetes también puede afectar a la fertilidad en los hombres. La hiperglucemia mantenida en el tiempo puede provocar disfunción sexual, pero además influir negativamente en la calidad del esperma: disminuye su concentración y movilidad, altera su morfología y favorece el daño espermático.
También puede afectar la vascularización testicular y generar desequilibrios hormonales, como niveles bajos de testosterona, lo que a su vez compromete aún más la fertilidad. Por ello es clave:
- Controlar la glucemia no solo por salud metabólica sino también por salud reproductiva masculina.
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En hombres con resistencia a la insulina, obesidad o diabetes, la mejora del control glucémico puede tener beneficio en la fertilidad.
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Implementar estrategias nutricionales: dieta para mejorar sensibilidad a insulina, control de peso, actividad física, y seguimiento de parámetros espermáticos/hormonales en colaboración con ginecología.
Sería muy interesante poder trasladar al paciente masculino los conocimientos necesarios sobre estos riesgos y cómo la dieta, el ejercicio y el metabolismo influyen en la fertilidad.
Nutrición y estilo de vida: pilares para la fertilidad.
Como nutricionista estas son algunas prioridades en tu abordaje:
Manetener una glucosa estable y una composición corporal saludable enseñando al paciente a comer proporcionándole una alimentación adaptada a su contexto y que de esta forma pueda prolongar ese estilo de vida saludable a largo plazo.
Una alimentación basada en alimentos frescos, ricos en fibra y con un adecuado aporte de grasas saludables (como el aguacate, frutos secos o aceite de oliva virgen extra) puede marcar la diferencia. Evitar los azúcares refinados y priorizar carbohidratos de bajo índice glucémico contribuye a una mejor sensibilidad a la insulina.
Es muy importante monitorizar de forma cercana la ganancia de peso gestacional y el estado nutricional durante el embarazo, además de colaborar con el equipo médico si se requiere insulinoterapia o tratmiento adicional para asegurar una alimentación óptima
El ejercicio regular, el manejo del estrés y el descanso adecuado también juegan un papel esencial. Estos hábitos ayudan a equilibrar las hormonas, mejorar la circulación y optimizar el metabolismo.
Conclusión
La diabetes no tiene por qué ser una barrera para la fertilidad, pero sí requiere atención, acompañamiento nutricional y médico personalizado. Un control glucémico adecuado, junto con un estilo de vida saludable, puede restablecer la función hormonal y mejorar las probabilidades de concebir de forma segura y saludable.
Cuidar la alimentación es, sin duda, cuidar la fertilidad.


