Hace pocas semanas, Toledo vivió una nevada que no habíamos vista al menos en los últimos veinte años. En medio de este temporal que dificultaba la movilidad tuvo lugar la historia que os queremos contar. Tenemos claro que cuando hay esfuerzo extraordinario, llegan las recompensas y este caso nos ha demostrado que es cierto.
Nuestras pacientes son dos mujeres que se habían sometido previamente a dos ciclos de inseminación artificial. Tras los resultado negativos, nos replanteamos el tratamiento porque puede ocurrir algo más y tras hablarlo con ellas, decidieron seguir nuestros consejos y realizar una fecundación in vitro.
El tratamiento demostró que una de las paciente tenía una reserva ovárica menor a su edad, pero tras la punción conseguimos los embriones y para poder transferirlos en fresco, programamos para el día de la gran nevada. Tras muchos problemas e imprevistos, conseguimos llegar al centro y realizar esta transferencia en el quirófano.
Doce días después llegaba nuestra recompensa…¡la prueba de embarazo era positiva!