En las últimas décadas, numerosos estudios han confirmado una tendencia preocupante: la calidad del esperma masculino ha disminuido de forma notable en todo el mundo. Esta realidad, que afecta directamente a la fertilidad de la pareja, ha llevado a la comunidad médica a investigar a fondo sus posibles causas.
Según una revisión publicada en Human Reproduction Update, el recuento total de espermatozoides en hombres occidentales ha caído más de un 50% entre 1973 y 2018. Y no se trata solo de cantidad: la movilidad, la morfología y la vitalidad espermática también se han visto afectadas.
🔍 ¿Qué está causando este deterioro?
1. Estilo de vida moderno poco saludable
El sobrepeso, el sedentarismo, una dieta rica en ultraprocesados, el estrés crónico y la falta de sueño tienen un impacto directo en la salud hormonal y reproductiva.
“El entorno metabólico del cuerpo influye directamente en la producción de espermatozoides. Cuando hay obesidad, inflamación o alteraciones hormonales, el esperma también se ve afectado”, explican especialistas en fertilidad masculina.
2. Contaminación y disruptores endocrinos
Vivimos rodeados de sustancias químicas que pueden alterar nuestro sistema hormonal: plásticos (como el bisfenol A), pesticidas, metales pesados, productos de higiene personal o cosméticos. Estas sustancias, conocidas como disruptores endocrinos, interfieren en la producción de testosterona y otros procesos clave para la espermatogénesis.
“La exposición crónica a estas toxinas, aunque sea en pequeñas cantidades, puede tener efectos acumulativos a lo largo del tiempo”, señalan estudios recientes.
3. Consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias
El tabaco reduce la concentración espermática y daña el ADN del esperma. El alcohol en exceso afecta la producción hormonal, y el cannabis se ha relacionado con alteraciones en la movilidad. Además, el uso de esteroides anabolizantes para ganar masa muscular puede llevar a una supresión casi total de la producción espermática.
4. Exposición a calor prolongado
La producción de esperma requiere una temperatura ligeramente inferior a la corporal. Hábitos como usar el ordenador portátil sobre las piernas, llevar ropa muy ajustada o pasar mucho tiempo en saunas o baños calientes pueden alterar el funcionamiento testicular.
5. Factores médicos y farmacológicos
Algunas enfermedades (como infecciones de transmisión sexual no tratadas, varicocele o problemas hormonales) y ciertos medicamentos (antidepresivos, quimioterapia, tratamientos hormonales) pueden afectar de forma directa la calidad del esperma.
¿Cómo se evalúa la calidad del esperma?
El primer paso para valorar la fertilidad masculina es realizar un seminograma, que analiza parámetros como:
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Concentración de espermatozoides (número por mililitro)
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Movilidad espermática
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Morfología (forma de los espermatozoides)
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Vitalidad
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Volumen de eyaculado
Si el seminograma muestra alteraciones, es recomendable realizar pruebas complementarias como estudios hormonales, test de fragmentación del ADN espermático o ecografía testicular.
¿Se puede mejorar la calidad del esperma?
La buena noticia es que, en muchos casos, la calidad del esperma puede mejorar con cambios en el estilo de vida y tratamientos adecuados. Algunas recomendaciones incluyen:
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Mantener un peso saludable y una dieta rica en antioxidantes (frutas, verduras, frutos secos, pescado azul)
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Evitar el tabaco, el alcohol y el consumo de drogas
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Hacer ejercicio de forma regular (sin excesos)
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Dormir al menos 7-8 horas por noche
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Reducir el estrés (con técnicas como la meditación, respiración consciente o terapia psicológica)
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Evitar exposiciones innecesarias a calor o sustancias tóxicas
En algunos casos, el especialista puede indicar el uso de suplementos antioxidantes (como vitamina C, vitamina E, zinc, selenio o coenzima Q10) o plantear tratamientos específicos según la causa identificada.