La preservación de la fertilidad se ha convertido en una herramienta fundamental para quienes desean tener la posibilidad de ser madres o padres en el futuro, pero aún no están listos para dar ese paso. Ya sea por razones médicas, personales o laborales, congelar óvulos, espermatozoides o tejido reproductivo permite conservar la capacidad reproductiva en el mejor momento biológico.
En este artículo te explicamos cómo es el proceso, quiénes son candidatos ideales y qué puedes esperar del tratamiento.
¿Qué es la preservación de la fertilidad?
Es un conjunto de técnicas médicas que permiten guardar gametos (óvulos o espermatozoides) o tejido reproductivo para utilizarlos más adelante.
Los métodos más comunes son:
-
Congelación de óvulos (vitrificación ovocitaria)
-
Congelación de embriones
-
Congelación de espermatozoides
-
Preservación de tejido ovárico o testicular (menos frecuente, suele usarse en casos oncológicos)
¿Cómo es el proceso de preservación de la fertilidad?
1. Consulta inicial y estudios
El primer paso es una consulta con un especialista en fertilidad o ginecología reproductiva.
Se realiza:
-
Evaluación médica general
-
Revisión de historia reproductiva
-
Estudios hormonales y ecografía (en mujeres)
-
Seminograma (en hombres)
El objetivo es determinar el estado reproductivo actual y planificar el tratamiento más adecuado.
2. Estimulación ovárica (solo en mujeres)
Si se va a congelar óvulos o embriones, la paciente inicia un tratamiento de hormonas inyectables durante 9–12 días para estimular a los ovarios a producir varios óvulos en un mismo ciclo.
Durante este período se realizan ecografías y análisis de sangre para controlar la respuesta.
3. Captura de óvulos o extracción de esperma
-
Mujeres: se realiza una punción ovárica bajo sedación. Es un procedimiento ambulatorio, dura 10–20 minutos y la recuperación es rápida.
-
Hombres: generalmente solo se requiere una muestra de semen por masturbación.
Si no es posible obtener esperma de forma convencional, se pueden usar técnicas de recuperación testicular.
4. Congelación
Una vez obtenidos los óvulos o espermatozoides, se procede a su vitrificación o congelación.
La tecnología actual permite preservar estas células durante muchos años sin perder calidad significativa.
5. Almacenamiento
Los gametos quedan en tanques especiales de nitrógeno líquido a -196°C.
El almacenamiento puede mantenerse por tiempo indefinido mientras se renueve de forma periódica.
¿Quiénes deberían considerar la preservación de la fertilidad?
1. Mujeres que desean postergar la maternidad
La calidad y cantidad de óvulos disminuye con la edad, especialmente después de los 35 años.
La preservación permite “guardar” óvulos jóvenes para aumentar las posibilidades de embarazo futuro.
2. Pacientes oncológicos
Tratamientos como quimioterapia o radioterapia pueden afectar la fertilidad.
Preservar antes del tratamiento ofrece una opción segura para ser madre o padre una vez superada la enfermedad.
3. Personas trans
Antes de iniciar terapias hormonales o cirugías, muchas personas trans optan por preservar su fertilidad.
4. Problemas reproductivos conocidos
-
Baja reserva ovárica
-
Endometriosis
-
Cirugías ováricas previas
En estos casos, la preservación puede ser una estrategia preventiva.
5. Hombres que desean resguardar su fertilidad
Ya sea por exposición laboral a sustancias tóxicas, tratamientos médicos o planificación personal.
Beneficios de la preservación de la fertilidad
-
Mantener la posibilidad de tener un hijo biológico en el futuro
-
Reducir la presión del “reloj biológico”
-
Evitar el impacto de enfermedades o tratamientos agresivos
-
Mayor tranquilidad y planificación familiar más flexible
La preservación de la fertilidad es una herramienta poderosa que ofrece libertad y seguridad reproductiva. El proceso es cada vez más accesible, seguro y efectivo.
Si estás considerando posponer la maternidad o paternidad, o tienes una condición médica que puede afectar tu fertilidad, una consulta temprana con un especialista puede marcar la diferencia.

