Cada 25 de mayo se celebra el Día Mundial de las Tiroides. En este post vamos a hablar del papel fundamental de estas hormonas en la reproducción, influyendo directamente en la fertilidad y el desarrollo del embarazo ya que ayudan en el ciclo menstrual. Las alteraciones en estas hormonas pueden producir irregularidades menstruales o incluso ausencia de menstruación (amenorrea) y en cuanto a la fertilidad el hipo o el hipertiroidismo puede afectar a las mujeres en la ovulación y en los hombres en la calidad del esperma.
Durante el embarazo, las necesidades de hormonas tiroideas aumentan y el hipotiroidismo no tratado puede estar asociado con un mayor riesgo de aborto espontáneo, hipertensión, parto prematuro y bajo peso al nacer. El hipertiroidismo también puede tener complicaciones serias tanto para la madre como para el bebé, afectando el desarrollo de sistema nervioso del feto y su desarrollo cerebral.
Sobre los tratamiento la Levotiroxina es estándar para el hipotiroidismo en el embarazo, se trata de una forma sintética de la hormona tiroxina (T4). La dosis debe ajustarse individualmente según los niveles hormonales y los síntomas de la paciente, siendo común que las necesidades aumenten durante el embarazo, por lo que se requieren controles regulares para ajustar la dosis. El seguimiento de los niveles de TSH y T4 libre debe realizarse con frecuencia, para asegurar que los niveles se mantengan dentro de un rango óptimo. Esto generalmente implica controles de laboratorio cada 4 a 6 semanas.
El propiltiouracilo y metimazol son los medicamentos antitiroideos más comunes. Durante el primer trimestre del embarazo, se prefiere el propiltiouracilo debido a un menor riesgo de problemas asociados a él en comparación con el metimazol. Sin embargo, después del primer trimestre, se suele recomendar cambiar a metimazol debido a un menor riesgo de hepatotoxicidad. La dosis a utilizar es la mínima eficaz para reducir el riesgo de hipotiroidismo en el feto, su control debe ser frecuente y el yodo radioactivo está contraindicado.
Si estás buscando un embarazo y el hipotiroidismo es severo o no se trata adecuadamente, puede haber riesgos significativos tanto para la madre como para el bebé, incluyendo parto prematuro, preeclampsia y desarrollo neurológico, por lo que debe ser tratado y estudiado de una forma correcta antes de iniciar la búsqueda del embarazo. En el caso de hipertiroidismo puede producir bajo peso al nacer, taquicardia fetal, parto prematuro, hipertiroidismo fetal, o incluso insuficiencia cardiaca fetal.
Antes de comenzar un tratamiento de reproducción asistida es muy importante evaluar la función tiroidea. Un buen control de la tiroides puede mejorar las probabilidades de éxito del tratamiento y asegurar un desarrollo adecuado del embarazo, mediante la realización de análisis de sangre para medir los niveles de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y las hormonas tiroideas libres (T4 libre y T3 libre). Los rangos óptimos de TSH para la fertilidad y el inicio de un tratamiento de reproducción asistida suelen ser más estrictos que los rangos normales, con muchos especialistas recomendando mantener el TSH entre 1.0 y 2.5 mIU/L.